Desde una perspectiva esquemática puede decirse que la
personalidad prominente del pensador cristiano tuvo mucho que ver con los
desarrollos internos de la iglesia católica en su época, que durante la vida
del autor se veía conminada a una crisis evidente de los modelos sociales,
políticos, culturales y donde también se anunciaban con fuerza los procesos
cismáticos o considerados herejes, a partir de los cuales el monolitismo
religioso comenzaba a presentar fisuras.
Este panorama propiciaba un debate intenso al interior de
las estructuras sociales, en las cuales era también claro que el ámbito
académico paulatinamente se estatuía como de gran influencia en los procesos y
dinámicas sociales en general. Desde este debate, emerge la personalidad y
capacidad de Tomás de Aquino, que logra en su propuesta de pensamiento una
síntesis que se aboca al reconocimiento del cambio, y a la necesidad de
fomentar estrategias que hicieran proclive a la iglesia católica a permanecer
vigente en medio de los procesos de cariz científico, económico y cultural, que
propiciaban modulación en las tensiones entre sociedad, gobierno y religión
vistas en la Europa de su tiempo, ya en
los albores renancentistas.
Esta capacidad de adaptación y de visión del pensador
religioso le permite a la iglesia diseñar de manera productiva su articulación
con los procesos descritos, con lo cual su incidencia comenzaba a resultar
interrelacional con toda futura instancia de desarrollo en la sociedad
occidental europea de tipo moderno. El resultado más apreciable de esta
disposición filosófico-pragmática puede verse en la actualidad en la paulatina
distinción entre los procesos económicos, políticos y religiosos que predominan
en Occidente, según los cuales el Estado, la ciencia, entre otros, adquieren un
nivel de independencia definido como Laicidad o autonomía epistemológica, pero
en anuencia e integración general con una cultura y una tradición en la cual
está desde luego, a lo visto hasta hoy, la nacionalidad y la religión.
Santo Tomás, por tanto, lanza la teología por sendas de
comprensión filosófica mucho más integrales en el entendimiento del curso
intuido para las sociedades occidentales. Su capacidad para adaptar los
sentidos y dogmas milenarios de la iglesia a la impronta racional tomada de la
modernidad incipiente son una influencia perceptible y vigente aun hoy en los
procesos de constitución general de las sociedades, en mayor medida, en
Occidente
¿QUÉ ES UN ESTADO LAICO?
UNA PERSPECTIVA DESDE LA RELIGIÓN
UNA PERSPECTIVA DESDE FUERA DE LA RELIGIÓN
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