jueves, 25 de mayo de 2017

 Política: Realidades desde el Territorio



Bogotá: La política en Bogotá, actualmente, de manera general, se plantea en torno a discusiones que tienen en los procesos de infraestructura de la ciudad sus principales elementos. De una parte está el problema de movilidad de la ciudad, que año tras año parece aumentar y para el cual no se vislumbra unidad comprensiva sobre los caminos que tiene que seguir la ciudad para desarrollar competitividad en este sector. Varios asuntos confluyen en este sentido: la discusión sobre Uber y el servicio de taxis, la ampliación de Transmilenio, el metro o el  Sitp, son fuente de debate sobre eficacia, costo, capacidad, seguridad y visión de ciudad.
Alex Camacho


Ahora, volviendo a nuestro tiempo, nuestro modelo social en sus formas ya no es de servidumbre, sino de convivencia.  El contrato social exige que si somos sujetos de derechos en igualdad de condiciones ante la ley que sea el Estado quien garantice no solo la seguridad, sino las posibilidades de progreso de cada uno de sus afiliados.  Hay mucho debate en las formas, pero el fondo de nuestro sistema democrático establece esto.  Lo dice nuestra Constitución
Gabriel Rodríguez 


En necesario crear un paradigma donde el gobierno gire en torno al bien común por los beneficios sociales de la comunidad, donde cada persona ciudadano tenga la posibilidad de generar capacidades para la actuación directa en la sociedad por medio de la participación política, económica y social, donde el respeto por los derechos humanos sea el principio fundamental del estado, donde las minorías tengan su representación en el ejercicio de elegir y decidir, donde tengamos derecho a la tecnología al conocimiento y a la ciencia, a una educación de calidad.
Janeth Cardona 

Aspectos como la abstención, es un ejemplo y una clara manifestación del inconformismo y de la poca credibilidad que tiene la clase política frente a sus electores. No obstante las reglas del ejercicio democrático, permiten que los dirigentes sean elegidos por una minoría. Así, el común denominador es la apatía frente a lo político y a lo que representa política, pues al fin de cuentas el ciudadano común “sabe”, que las formas y las maneras de hacer política, están permeadas por la ausencia de criterios éticos y de responsabilidad social, que deben caracterizar al ejercicio de un buen gobierno.
Gonzalo Rojas 

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