jueves, 25 de mayo de 2017

La política en Bogotá:efecto de la polarización

La política en Bogotá: efecto de la polarización

Autor: Gonzalo Rojas Gerena

El escenario político de Bogotá no escapa a las dinámicas que imperan y que caracterizan el ejercicio de gobernar en el resto del país.

En este sentido se puede analizar que los planes de gobierno se desdibujan, viéndose permeados por una exacerbada ideologización. Este aspecto se  ve reflejado en el interés por afirmar posturas de “partido”, o de determinadas corrientes de pensamiento, que terminan distanciando y anulando el accionar concreto y practico que plantean los programas de gobierno.

Como consecuencia de lo anterior, las condiciones de vida de la ciudad muestran grandes deficiencias, si se apunta a una vida con condiciones de dignidad y de mayor bienestar y de desarrollo.


Los temas de movilidad, de seguridad, de mayor acceso a la educación, y de corrupción, siguen siendo fenómenos que difícilmente logran atenuarse, y que por ende tienen un alto impacto en la vida de la ciudad.

La dinámica de la política observada en Bogotá, durante los últimos veinte años, parece haberse circunscrito y estar orientada al ejercicio del poder por parte de un determinado sector político, preocupado mayormente por defender sus tesis ideológicas, y favorecer ciertos intereses particulares, que por  desarrollar políticas con verdadero arraigo social, que permitan mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.



Aspectos como la abstención, es un ejemplo y una clara manifestación del inconformismo y de la poca credibilidad que tiene la clase política frente a sus electores. No obstante las reglas del ejercicio democrático, permiten que los dirigentes sean elegidos por una minoría. Así, el común denominador es la apatía frente a lo político y a lo que representa política, pues al fin de cuentas el ciudadano común “sabe”, que las formas y las maneras de hacer política, están permeadas por la ausencia de criterios éticos y de responsabilidad social, que deben caracterizar al ejercicio de un buen gobierno.


La polarización política que se ha “enraizado” en país, ha trascendido y también se ha instalado en el hacer político de Bogotá. Este aspecto ha radicalizado los discursos, haciendo de la política un escenario de pugnas e intereses particulares, que terminan por desatender las necesidades concretas de la ciudad y de sus habitantes.

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