
IMPORTANCIA DE LA OBRA DE ARISTOTELES EN LA EDAD MEDIA Y PROBLEMAS QUE PRESENTA EL REDESCUBRIMIENTO DEL MISMO AL CRISTIANISMO MEDIEVAL
Aristóteles
llega a Occidente por la España musulmana.
Antes de la expansión islámica por el norte de Africa, Europa se
asentaba en los reinos nacientes y los imperios advenedizos de unos y otros. En el siglo XIII encontramos un continente en
tensa calma, organizado en dos imperios -bizantinio y Sacro Imperio- y
alrededor de estos los reinos emergentes.
En el pensamiento, Europa era neoplatónica. Siglos y siglos de armonizar las ideas
platónicas con la doctrina cristiana rindieron sus frutos. Al conocerse Aristóteles, se teme que la
razón entre en contradicción con la fe.
La aparición del tomismo concilia estas dos posturas. Aristóteles es comprendido gracias a Santo
Tomás. El tomismo es
aristotélico-escolástico. Como decía,
santo Tomás se apoya en Aristóteles para echar los cimientos de su
filosofía. Hay una disputa manifiesta:
la razón y la fe. Las cosas naturales
frente a las cuestiones espirituales.
Pueden coexistir las dos explicaciones, incluso colaborarse entre
sí. Pero el armisticio termina cuando
ambas explicaciones – la teológica y la filosófica- dan su veredicto sobre una
misma cuestión. No puede haber dos
verdades, como en esos tiempos se planteaba.
Escribe “Aunque la citada verdad
de la fe cristiana exceda la capacidad de la razón humana, no por eso las
verdades racionales son contrarias a las verdades de la fe”[1]. En Santo Tomás se presenta, entonces, el
intento de conciliar dos explicaciones sin que éstas entren en disputa. En el siglo XIII, el criterio de verdad lo
tendrá la Teología. Sobre una misma cosa
y dos explicaciones, la preeminencia la tendrá la Teología. Comienza a gestarse lo que doscientos años
después desencadenará en la rebelión de la razón frente a la fe. La separación de la Iglesia y el Estado. Entretanto, Santo Tomás funda su filosofía
como un concordato entre razón y fe.
Todavía no se vislumbra el enfrentamiento, aunque posterior al Santo de
Aquino otros pensadores comenzarán a cultivar la futura rebelión.
Es importente la
obra del estagirita en la Europa medieval porque abrwe el espectro de
explicaciones sobre las cuestiones que los ocupan. También porque pone de manifiesto una
cuestión que no estaba presente en el pensamiento ascético de los monjes: las
cosas de este mundo, la naturaleza.
Venimos de siglos cataclísmicos donde para alcanzar el cielo debía
renunciarse a lo material, y tal renuncia provocó un desprecio a lo
material. Cuando los reinos se
asentaron,. El hombre seguía buscando las cosas divinas y no le daba
importancia a lo que lo rodeaba. Tenía
sus ojos puestos en el cielo, gracias también al agustinismo platónico que se
desarrolló en el seno de las cosas. Para
explicar las cosas de este mundo, se recurría al mito de la caverna. Las cosas de este mundo son apenas sombras de
verdades supraterrenas que nos esperan después de la vida. La ciencia era incipiente: simplemente no
importaba. Y Aristóteles pone el acento
en esas cosas, porque después que Dios hizo la creación juzgó que cuanto había
hecho era bueno. Y esa explicación la
dio Santo Tomás. Recoge los textos
aristotélicos sobre la naturaleza y los cristianiza. La naturaleza es buena. Pero no se da el siguiente paso: el de
estudiarla. Porque ese estudio
incorporaba problemas incómodos de autoridad.
Sobre el qué es esto, se recurre a la explicación bíblica que pueda
haber. El sol gira alrededor de la
Tierra; de otra manera Josué no hubiera podido detenerlo. Y si intentando explicar la naturaleza se
llegaba a una contradicción con la autoridad, el criterio de verdad se le daba
a la teología. Por tanto, el
cristianismo medieval pone dique al aristotelismo y logra contenerlo, por lo
menos en esa época.
JUICIO SOBRE TOMAS DE AQUINO
COMO FILOSOFO
Santo Tomás fue un
hombre estudioso y apasionado por sus creencias. Es el último gran sistematizador de la Edad
Media. Los problemas intelectuales a los
que se enfrentó no estuvieron en la mente helénica, por lo cual pudo adecuar el
aristotelismo a su corpus doctrinal. Fue
teólogo antes que filósofo. Como teólogo
escribió la Summa que hoy se estudia
en los claustros monásticos. Sin
embargo, cabe hablarse de textos estrictamente filosóficos. Es decir, donde escribe no como teólogo, sino
como naturalista. Este monje franciscano
echa los cimientos para el nacimiento ulterior de la filosofía como ciencia de
la naturaleza. Los problemas presentes
en su pensamiento fueron razón y fe, Dios y el alma, la creación, entre
otros. Los autores que lo comentan
admiran su genialidad, porque no solo se vale del aristotelismo para edificar
su tomismo, sino también se deslinda del mismo hondamente porque no se dirigen
al mismo problema. El dios de
aristóterles es un supuesto ontológico, mientras el del santo es fuego
vivo. Por eso su vida se ordena a su
contemplación y su pluma a su revelación.
¿Qué opinión tienes sobre la
relación entre la fe y la razón?
En sentido estricto,
fe y razón son dos formas de conocimiento totalmente distintas. No discuto sobre su validez ni su
importancia. Simplemente se refieren a
cosas muy distintas. En el marco
histórico en que se organiza este seminario de autor, la fe era la autoridad
sobre la razón. Hoy, apenas cabe
hablarse algo sobre la fe. Nosotros
fuimos los que conflictuamos estas dos formas de conocimiento. Cuando la fe y la razón intentan dar su
explicación sobre la misma cuestión, uno se carcajea cuando la primera expone
sus tesis. La fe no puede abordar la
naturaleza porque en ella no hay supuestos suprasensibles más que los
conceptos, y éstos son materia del raciocinio.
La fe no puede entrometerse en los asuntos de la naturaleza porque no es
su campo de acción ni su objeto de conocimiento (si cabe hablarse que la fe
tenga algún objeto de conocimiento). La
fe ejerce sobre cuestiones espirituales, no materiales. La fe discurre sobre dogmas y estatuitos
eclesiales, no sobre teorías y especulaciones científicas. De manera que no hay lugar para que entre
ellas haya disenso, porque se refieren a formas de conocimiento distintas y
bien delimitadas. Como decía, el
problema ocurre cuando la fe abandona su parcela celestial e intenta
inmiscuirse en los asuntos de la razón.
Entonces sí merece una bofetada y que la pongan en su lugar. La fe no puede discutir sobre cuestiones
científicas porque no sabe hablar en ese idioma. Uno sonríe cuando escucha a pastores
evangélicos hablar sobre el evolucionismo: simplemente la ignorancia es
atrevida y temeraria. Intentar explicar
una cuestión científica desde la Biblia.
El evolucionismo y el creacionismo no son dos teorías científicas. Lo es la primera, la otra es apenas una
fábula. Y una fábula es eso,
simplemente. No hay nada de ciencia en
decir que Dios creó el cielo y la tierra en siete días. Esa afirmación no es
científica, es fideísta. Y sobra fábulas
se puede hablar mucho, peor no se puede conocer algo que realmente valga la
pena. Para los pastores y para nbuestros
clérigos bien pudo ser el hombre una creación de Dios. Lo que nos interesa a nosotros, los hombres que
cuando éramos niños hablábamos como niños, pero ya de adultos dejamos las cosas
de niños, es descubrir de qué forma fue posible esa creación con argumentos
demostrables y verificables bajho los estatutos del método científico.
COMPARACION CRITICA ENTRE LA
UNIVERSIDAD DE LA EDAD MEDIA Y LA UNIVERSIDAD ACTUAL
La universidad es la gran contribución medieval europea a la
humanidad. Se gestó en los monasterios y
se dirigió a las élites de su tiempo. Se
enseñaba el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el quadrivium
(aritmética, astronomía y música). Era
pagable por la nobleza y el clero. Los
otros estratos sociales no tenían o no podían acceder a la educación más
elemental. El grueso del pueblo estaba
sumido en la ignorancia bajo el báculo eclesiástico. Ni siquiera la naciente burguesía podía
educarse en las universidades: la iglesia determinaba quién podía residir en
ellas. Puede compararse ambas
universidades desde una perspectiva de ingreso o de empleabilidad luego de
terminados los estudios. Por ejemplo,
como lo cuenta el escribano Landolfo, se estudiaba para ser funcionario
palaciego o para ayudar al abad en sus funciones. Solamente habán dos empleos: ambos estaban
dirigidos para la naciente burguesía.
Hoy en día, aunque el campo de actividad es más amplio, las personas
también se forman para emplearse por lo que se formaron. Parece obvio y una gran perogrullada esto que
escribo, pero el verdadero propósito de los estudios universitarios no debería ser
el de formar para desempeñar una función sino para produccir más
conocimiento. El debate tiene de ancho
como de largo y no es el espacio para darlo, pero la ciencia nació gracias a la
curiosidad que provocaban los saberes de las artes liberales.
¿QUE DESAFIOS CREES QUE TIENE LA FILOSOFIA ACTUAL EN
COLOMBIA, SOBRETODO EN ESTE AMBIENTE DE POST-ACUERDO?
Los desafíos que
plantea el post acuerdo son múltiples y no solamente se circunscriben al ámbito
intelectual. La Filosofía actual en
Colombia debe propender al acercamiento entre los sectores de la sociedad y los
desmovilizados. Esto ya no es filosofía,
es comportamiento. Es compromiso, es
perdón. Lo que necesita Colombia es
perdonar y dejar de escuchar los odios de sus pastores. Ya que se acercan las elecciones del 2018, el
tema se va a politizar extremadamente a tal punto que el presidente del próximo
cuatrenio debe tener por primer compromiso refrendar los acuerdos
cumpliéndolos. A esos tipos no se les
puede quedar mal, porque han depuesto efectivamente sus armas como se ha
acordado. Ahora nos toca cumplir a
nosotros. No hay acuerdos perfectos ni
blindados de errores. El próximo
presidente debe seguir con los compromisos acordados y llevar a feliz término
todo lo pactado. Porque un acuerdo se
hace, primero, sobre la confianza al otro.
Además, conforme nos vaya con los acuerdos con las FARC, vendrá el ELN y
también depondrá las armas. El silencio
de los fusiles se ha venido dando, tanto así que el Hospital militar, que en
otras épocas estaba abarrotado por los soldados heridos en combate, un año
después del cese al fuego bilateral ya n o reciben soldados. Los médicos, antes acosados de trabajo, hoy
tiene un valioso tiempo de ocio. De
bendito ocio. Lo que nos ocupa como
filósofos es repensar Colombia en paz.
Esto es, brindar una visión objetiva sobre los beneficios de la paz. Hay que abrir espacios de reflexión y hablar
sobre los beneficios de la paz. Hay que
desoir a los pastores del No, a aquellos que están en contra del proceso y
apoyarlo en sus formas. La discusión
sobre los acuerdos de paz la hacen los que tienen intereses políticos para el
2018. Y esto es lo que se debe evitar:
que el discurso se politice y los pastores dirijan sus rebaños en contra de los
acuerdos. Como filósofos nuestra
función, lo repito, es reflexionar sobre los beneficios de la paz. No sobre el contenido de los acuerdos, frente
a los cuales podemos estar lícitamente a favor o en contra; no sobre los
beneficios que van a recibir los desmovilizados, no sobre la letra menuda de
los acuerdos… no sobre las minucias.
Debemos reflexionar sobre el beneficio que trae el silencio de los
fusiles. Del reacomodamiento del campo,
de la vuelta de las familias a sus terruños, de los soldados que van a dejar de
morir, de los gastos bélicos que se van a dejar de dar, de la reasignación del
presupuesto de la guerra. Debemos
reflexionar sobre la nueva generación, para la cual la no va a haber violencia
en el campo. Como filósofos nuestra
visión es más amplia; por lo tanto, no obedecemos a los pastores del No, sino a
la verdad de la razón.
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